Hay un enorme interés entre los profesionales de TI en las posibilidades que ofrece la Inteligencia Artificial (IA) generativa aplicada a la gestión de las TIC, pero al mismo tiempo percibimos que a muchos de ellos les preocupa cómo aplicar de forma práctica este potencial en sus organizaciones. No ayudan algunos mensajes que se difunden en el mercado, y que ponen el foco en la necesidad de convertirse antes en una AI-first o data-first company como premisa para poder empezar a disfrutar de los beneficios que promete la IA. Sin embargo, en el ámbito de la gestión de red, la buena noticia es que las empresas pueden comenzar a obtener beneficios AQUÍ y AHORA, basta con cambiar la forma de plantearse el modo de integrar la IA, identificando casos de uso específicos en sus organizaciones, y que en última instancia se convertirán en la base de su estrategia de IA. En este artículo te explicaremos como “Cambiar el chip”: cómo aplicar de forma práctica la IA a la gestión de la red.

Impacto en el mundo del networking

La IA está ya teniendo un impacto en el mundo del networking y se ha convertido en una prioridad para muchos profesionales de TI, que tratan de aprovechar al máximo esta tecnología revolucionaria implantándola en sus organizaciones. Pero la realidad es que muchos de estos profesionales están preocupados por los cambios organizacionales masivos que, según algunas voces del mercado, son requisitos previos indispensables para poder utilizar la IA estratégicamente. Ciertamente, el mensaje que muchas veces les llega es que no se pueden utilizar la IA hasta que se hayan realizado cambios en la cultura corporativa, mejorado capacidades técnicas de la plantilla, depurado los datos, etc., es decir, se hayan convertido en una AI-first o data-first company. Sin embargo, para la mayoría de las empresas éste no es un planteamiento realista, no pueden avanzar tan rápido y la cultura corporativa no se puede cambiar completamente de la noche a la mañana.

Funciones principales del NetOps

La buena noticia es que, al menos en el ámbito de la gestión de red, esto no tiene por qué ser necesariamente así. La gestión de red basada en cloud proporciona las bases y las herramientas prácticas para empezar a sacar partido de la IA. Sólo es necesario cambiar de planteamiento, y pasar de un enfoque maximalista a un enfoque que consista en identificar y dividir las operaciones de gestión de red en categorías, e implementar procesos basados en AI allí donde sea más fácil y viable, y así ir avanzando. Siguiendo este criterio, podemos dividir NetOps en tres funciones principales:

  • Funciones que se pueden acelerar o mejorar con IA. Comencemos por identificar aquellas tareas de administración de red que se pueden automatizar o acelerar. En cualquier entorno de red, hay una gran cantidad de cosas que generalmente se realizan manualmente y que la IA puede ayudar a hacer más rápidamente, desde solucionar problemas de la red hasta generar informes a partir de ella. Por lo general, se trata de funciones sencillas y repetitivas que, cuando se aceleran, proporcionan ahorros en términos de tiempo o dinero, o al menos contribuyen a reducir la “fatiga” de los equipos de TI, así como el riesgo de error humano.
  • Funciones que pueden ser reemplazadas o evitadas usando la IA. Estas son operaciones de red que una organización ya no quiere que sus empleados realicen, por ejemplo, pedir a la IA que genere una plantilla para una política a implementar en una nueva herramienta de seguridad, de modo que el equipo de TI solo tenga que revisarlo y realizar pequeños ajustes. No sólo se evita una tarea ciertamente tediosa, sino que también se evitan riesgos por malas configuraciones y errores, sin olvidar la posibilidad de reducir drásticamente el tiempo de puesta en operación de un sistema, algo tan crítico en muchos entornos.
  • Nuevas funciones que se pueden crear basadas en IA. La IA no solo permite optimizar los procesos vigentes y NetOps, sino que también les permite identificar y crear nuevos casos de uso, aprovechando la IA para cosas que nunca antes se habían hecho. Si bien esta es una etapa más avanzada, las organizaciones deben considerarla tan pronto como comiencen a diseñar su estrategia de IA, ya que esta etapa es clave para aprovechar al máximo las herramientas de IA.

En esta estrategia paso a paso, a medida que se identifican funciones que se pueden agilizar o mejorar utilizando la IA, se van descubriendo otras funciones o casos de uso con mayores posibilidades de éxito. A su vez, a medida que estas iniciativas dan su fruto, los profesionales de TI obtienen un aprendizaje que les permite seguir avanzando, las herramientas comienzan a generar valor lo que a su vez justifica seguir  invirtiendo en IA.

Javier Jimenez, miembro del Grupo de IA de AUTELSI y Country Manager de Extreme Networks España.