El turismo es el motor de la economía española. Es el sector que más aporta al PIB y uno de los que más empleo genera, no solo directamente, sino también de forma indirecta en otros ámbitos como el transporte, la hostelería o el pequeño comercio.
Durante los últimos años estamos viendo un cambio importante en la percepción del turismo en nuestra sociedad. Aunque no se cuestiona su importancia o su necesidad, sí que está creciendo el debate social sobre las externalidades que genera tanto en el entorno natural y patrimonial como en el modo de vida de las comunidades receptoras.
Así pues, los gestores de destinos turísticos y el sector privado están buscando formas de redefinir la actividad para minimizar ese impacto. ¿Puede la digitalización ayudar al sector y a la sociedad a afrontar esa evolución hacia un turismo responsable y sostenible?
Enumeremos algunas de las líneas de soluciones que pueden ayudar:
- Capacidad de carga y control de flujos y aforos. Los puntos de interés turístico no tienen una capacidad de carga infinita. Con una buena gestión esto se puede mejorar, pero todo tiene sus límites. ¿Cuánta gente puede ver la Gioconda o la Fontana de Trevi en un día? ¿Cuántos bañistas pueden ir a la playa a la vez? La tecnología puede ayudar a analizar cuál es la capacidad de carga de un destino, medir los flujos, controlar los aforos y aplicar acciones que ayuden a mejorar cada punto. Se emplea en restaurantes, centros comerciales… y ahora también en los destinos turísticos.
- Estancia media y desestacionalización. Uno de los mayores problemas de muchos destinos es que la mayoría de la gente va a los mismos sitios y todos a la vez. Por ejemplo, en ciudades como Florencia, donde la estancia media es de día y medio, aunque la ciudad tiene un patrimonio único en el mundo, la mayoría de los turistas solo visitan dos o tres lugares emblemáticos. Está claro que estancias más largas ayudarían a distribuir la carga entre más lugares. Otro factor clave es la desestacionalización, el gran objetivo de muchos lugares turísticos. Esto no es algo único del sector. Muchas empresas no quieren vender más en Navidad, quieren hacerlo todo el año. Muchos destinos no necesitan más turistas en agosto, pero les encantaría tener más en los meses valle. Una estrategia de posicionamiento digital apropiada ayudaría a conseguir ese gran anhelo de la desestacionalización.
- Información turística. Rutas y ampliación de oferta. Generación de rutas digitales personalizadas mediante apps, paneles interactivos o soluciones de señalética inteligente ayudan también a incentivar al visitante a salir de su zona habitual y ampliar el disfrute con puntos de interés menos habituales. El uso de la inteligencia artificial con sistemas de traducción por texto o voz a múltiples idiomas es una herramienta central de las implantaciones tecnológicas de los destinos.
- Monitorización y escucha activa. Conocer la percepción de turistas y vecinos -qué les gusta, qué les molesta, cuáles son los factores críticos de roce con la comunidad receptora- es clave para poder identificar problemas latentes y actuar en consecuencia. Hoy en día, los sistemas de social listening nos permiten identificar las crisis reputacionales de forma inmediata.
- Sistemas de participación ciudadana. No basta solo con monitorizar, sino que hay que establecer canales digitales de participación y colaboración. El caso de Burgos Opina es un claro ejemplo de la tecnología como habilitadora de la participación ciudadana en el sector turístico.
- Sistemas de inteligencia turística y Big Data. Tener datos sobre ocupación, gasto, movimientos y todos los aspectos relevantes para la toma de decisiones es fundamental para mejorar la gestión turística de los destinos. La implantación de la Plataforma Inteligente de Destinos de Segittur va a ser un hito en este proceso y va a situar a España a la vanguardia del desarrollo de una estrategia de datos en el sector.
- Sensibilización. En muchos casos hay una gran desconexión entre los visitantes y las comunidades receptoras. Campañas de sensibilización y comunicación -sobre horarios habituales, normativa de ruidos etc.- ayudan a mejorar la convivencia entre los dos colectivos.
- Contenidos de realidad e Las soluciones de realidad virtual o aumentada disminuyen el impacto físico sobre el patrimonio cultural o natural y a la vez ayudan a valorar más el destino. El turista muchas veces no tiene consciencia del valor histórico o natural de muchos de los elementos que tiene delante, y este tipo de herramientas son un plus que mejora la experiencia y contribuye al respeto patrimonial.
- Medición de huella de carbono y gestión eficiente de recursos. El transporte, el consumo energético o el estrés hídrico son elementos que se relacionan con la actividad turística. Las soluciones tecnológicas que permiten medir y gestionar de forma más eficiente los recursos son parte fundamental de los procesos de transformación de los destinos.
- Productores locales y ampliación de la renta turística. Las estrategias de ampliación del flujo de actividad turística a zonas no habituales o los planes sobre productos de proximidad y kilómetro cero ayudan a distribuir la renta turística en otros entornos, disminuyendo las externalidades de la misma.
- Movilidad i La movilidad es uno de los grandes problemas de la actividad turística desde hace años. Un ejemplo es la saturación de vehículos en zonas de playa o en el centro de las ciudades. La digitalización del control de acceso, cámaras y sistemas de gestión de estancias se han instalado en multitud de destinos. Ahora se afronta también el reto de la movilidad intradestino, y de la movilidad entre ciudades una vez que el tren se ha convertido en una opción rápida y cómoda. Además, se están desarrollando sistemas de transporte eléctrico compartido y/o inteligente que son atractivos para turistas y vecinos.
Leonard Pera, CEO de Open-Ideas, Coordinador Informe Turismo Responsable 2025, Presidente Grupo Internacional de AUTELSI.
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