Hoy quiero hacer una reflexión sobre el uso del «dato biométrico«.
En la actualidad el uso de nuestros datos biométricos es aplicado por múltiples tecnologías para diferentes fines. El dato biométrico aporta información muy personal e individual relacionada con nuestras características físicas, fisiológicas o de nuestra conducta. Información de nosotros que ni siquiera igual conocemos.
Para los que están detrás de esta tecnología, tratar y procesar esta información permite conocer muchos aspectos de nuestra personalidad y agrupar y segmentar perfiles que son de extraordinaria utilidad para los departamentos comerciales.
A través del tratamiento del dato biométrico se nos reconoce y se nos puede asociar con múltiples comportamientos.
Esta información puede ser de gran utilidad, pero más allá de los propios fines que persiga la propia tecnología que recoge y procesa nuestros datos biométricos, existe el riesgo de aprovechar esta información para fines no tan legítimos, aprovechando el conocimiento, por ejemplo, para manipular, condicionar, tomar ventaja competitiva, realizar acciones desleales. En fin, todo lo que podamos imaginar y que nos recuerde el caso «Cambridge Analytica«.
La Neurociencia aplicada al estudio del comportamiento lleva años estudiando esta materia.
Da miedo pensar que hoy en día la tecnología nos permite empezar a comprender qué nos sucede a la hora de tomar decisiones y cómo nuestro comportamiento puede predecir ciertas acciones.
La cada vez más extendida aplicación de tecnologías que procesan nuestras huellas dactilares, las imágenes faciales, elementos auditivos, la geometría de la palma de la mano; y como a través de la videovigilancia, el uso de escáneres de última generación y otros dispositivos de reconocimiento fisiológico comportamental pueden llegar a reconocernos y agruparnos selectivamente en base a unos perfiles que nos asocien a ciertos intereses, debe hacernos pensar ¿soy auténticamente puramente libre?¿Estoy realmente protegido por el Estado de derecho que debe velar por preservar mis derechos fundamentales? Y el futuro nos lleva a la interacción de herramientas de inteligencia artificial, de Machine Learning y de Big Data, entre otras que dotan a la información biométrica de un altísimo potencial y de un extraordinario impacto sobre la libertad de las personas.
Hoy en día, la identificación facial en espacios abiertos al público y el posterior tratamiento de dicha información auspiciado por el fin supremo de la seguridad ciudadana está ya extendido en algunos países, como China.
Nuestro Estado de derecho, nuestros legisladores persiguen proteger los intereses de todas las partes: Ciudadanos, consumidores, empresarios, compradores vendedores, operadores, prestadores de servicios de la sociedad de la información, Administraciones Públicas que deben velar por el interés público y la seguridad ciudadana.
Así, el Reglamento Europeo de Protección de Datos, el Reglamento ENISA en materia de seguridad, la Directiva NIS, el Reglamento Eidas.., son un claro ejemplo de toda la normativa que recoge requerimientos y obligaciones a todos aquellos agentes intervinientes en el uso del dato biométrico y la implementación de tecnologías que puedan poner en riesgo los derechos fundamentales y la seguridad de las personas físicas y jurídicas.
Por último, nos podemos olvidar que los ciberdelincuentes y especialmente los grupos organizados, están al acecho de cualquier tipo de vulnerabilidad en el uso de estas tecnologías para poder hacerse con ese bien preciado llamado datos biométrico, que les facilite la comisión de delitos de los que hoy estamos ya en estado de alarma: intrusión, robó datos, daños en los sistemas, suplantaciones de identidad, manipulación, extorsión…
Con este ecosistema de realidad, personalmente considero que la privacidad en el mundo digital y la tutela de la intimidad y la protección de datos personales debe prevalecer frente a las ventajas que aportan los nuevos desarrollos tecnológicos en la evolución, el progreso y el potencial bienestar económico y social.
Oscar López, Director General UBT Legal & compliance. Presidente del Grupo de Regulación y del Observatorio de Privacidad y Derechos Digitales de AUTELSI
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