Sin redes de telecomunicaciones de nueva generación no es posible plantearse el diseño de ningún proyecto que pretenda la transformación digital efectiva de un determinado territorio, ni siquiera una ciudad o, incluso, un pequeño municipio. Por eso entendemos que la estrategia con la que conducir el paso hacia una economía y una sociedad digital en Extremadura debe apoyarse necesariamente en el despliegue de una potente infraestructura de telecomunicaciones.
Es una cuestión a la que tratamos de prestar una atención constante. Para la Administración extremeña es importante, por ejemplo, cuidar la actualización de la Red Científico-Tecnológica de Extremadura (RCT) porque desde alli se da soporte no solo al desarrollo de proyectos propios en los ámbitos de la investigación científica y la innovación tecnológica, sino que proporciona a los centros la conexión a RedIRIS y, a través de ella, al resto de redes académicas internacionales y, en especial, las redes académicas y de investigación portuguesa (FCCN) y la red de investigación europea (GÉANT). La RCT constituye, por tanto, una pieza fundamental para el Sistema de Ciencia, Tecnología y Sociedad de Extremadura que sustenta las políticas de apoyo al desarrollo tecnológico y la innovación.
Otro apartado fundamental son los proyectos de despliegue de redes de telecomunicaciones modernas allí donde nos las hay.
En estas cosas hay que insistir todavía. Desde hace muchos años se tiene la certeza que invertir en la construcción de carreteras y puentes o poner en marcha proyectos de regadío contribuye al desarrollo económico y a fijar la población al medio rural. Unas buenas comunicaciones sin duda mejoran la capacidad productiva y competitiva de las empresas y dinamizan los mercados. Y está más que asumido que con los regadios aumenta la producción agraria, los agricultores elevan sus niveles de renta, calidad de vida y bienestar y, con ello, desaparecen las causas que animan a la gente a buscar un nuevo destino en el que establecerse y desarrollar su proyecto de vida. Es el efecto multiplicador que se pretende en todo proyecto de inversión pública y que se da asimismo cuando se invierte en telecomunicaciones. Porque hay que subrayar que una potente infraestructura de comunicaciones es capaz de activar parecidos resortes. Disponer de esa infraestructura constituye un factor determinante para fijar la población al medio rural y debe ser considerado como un valioso recurso en el que apoyar la dinamización económica del entorno en el que se despliega, más aún cuando hablamos de economía digital como modelo imperante en todo el mundo desarrollado.
Unas buenas comunicaciones sin duda mejoran la capacidad productiva y competitiva de las empresas y dinamizan los mercados
El Informe de la Economía Digital 2024 que elabora la Asociación Española de Economía Digital lo pone de manifiesto una vez más: crecemos gracias a la economía digital, que ya representa el 24,2% del PIB y está en situación de alcanzar el 40% en el horizonte de 2030, en menos de seis años.
Además, disponer de estas infraestructuras es también importante para la administración local puesto que les permite mejorar los servicios que ya prestan al ciudadano o proponer otros nuevos, que también es una forma de contribuir a hacer atractivos como lugar en el que vivir los pueblos y ciudades extremeñas. Está comprobado que una buena conectividad permite a los ayuntamientos abordar proyectos desde los que optimizar el consumo energético en la red de alumbrado público, racionalizar el consumo de agua de riego en los parques o prestar servicios de comunicaciones a la carta o a la medida de las necesidades concretas de los vecinos de una localidad. Si ahorras en esos capítulos, dispones de los servicios que habitualmente se prestan desde un Ayuntamiento pero a un coste menor y eso debe traducirse o bien en una menor presión contributiva, o en un incremento en el número de los servicios municipales o la calidad de los mismos.
Está comprobado que una buena conectividad permite a los ayuntamientos abordar proyectos desde los que optimizar el consumo energético en la red de alumbrado público, racionalizar el consumo de agua de riego en los parques o prestar servicios de comunicaciones a la carta o a la medida de las necesidades concretas de los vecinos de una localidad
De esta manera un municipio puede plantearse ofrecer a los ciudadanos servicios que de otra manera no sería posible ofrecer, los que se han dado en llamar servicios de nueva generación. Por mencionar algunas de estas posibilidades, desde los servicios sociales de base se podrían poner en marcha servicios de teleasistencia que tan buena acogida encuentran en el entorno rural, con una población en la que la media de edad crece cada año, y para la que resulta especialmente útil como se ha puesto de manifiesto allí donde este tipo de proyectos se han llevado a cabo. Propicia, en definitiva, lo que se conoce como economía plateada.
De igual manera, para llevar a la práctica modelos de smart cities es precisa esta potente red de comunicaciones. Es el canal por el que debe circular la inmensa cantidad de datos que generan este tipo de entornos, densamente sensorizados, muy tecnologizados, pero que son capaces de optimizar el rendimiento de los recursos a disposición de los ayuntamientos en cada momento, que esta manera pueden gestionar inteligentemente sus servicios. Sin estas autopistas de la información por la que viajan los datos que recoge el sistema de sensores tampoco es posible, por tanto, plantearse llevar a cabo ese tipo de proyectos que en Extremadura hemos llamado de pueblos inteligentes para adaptarlo a nuestra realidad territorial y que ahora avanza hacia conceptos más integradores como el de territorio inteligente. Y es que no podemos caer en el error de considerar al municipio como un ente aislado y pasar por alto las relaciones de dependencia que se han ido creando históricamente con el resto de los núcleos de población del entorno en el que se ubica.
Desde luego promover un modelo de economía digital no depende exclusivamente del despliegue por el territorio de nueva infraestructura tecnológica que garantice una óptima conectividad. Es un factor que consideramos, sin duda, determinante pero también son importantes ese cóctel de tecnologías de las llamadas disruptivas, capaces de cambiar las formas de hacer las cosas. Entran aquí la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, Blockchain, Big Data, la Realidad Virtual y Aumentada o la Robótica industrial y colaborativa o los Gemelos Digitales.
…… un modelo de economía digital no depende exclusivamente del despliegue por el territorio de nueva infraestructura tecnológica que garantice una óptima conectividad. Es un factor que consideramos, sin duda, determinante pero también son importantes ese cóctel de tecnologías de las llamadas disruptivas..
Es decir, hay que tejer muchos mimbres para promover ese ecosistema de economía digital que tratamos de favorecer y que, finalmente, descansa también en el talento que es capaz de atesorar nuestra sociedad.
Por eso debemos cuidar el capital humano que formamos en la Universidad, ese reservorio de talento que tanto necesitamos y que vamos a necesitar aún más en el futuro. De momento hay que hacer frente al reto de proporcionar al sistema productivo esos perfiles TIC tan necesarios para reconvertir su actividad y que, de momento, no encuentra los suficientes en el mercado de trabajo.
Jesús Coslado Santibáñez Director General de Digitalización Regional de la, Junta de Extremadura
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