Pere Vila Fuma Director de Estrategia Tecnológica e Innovación Digital de RTVE

Pere Vila
Director de Estrategia Tecnológica de RTVE


Aunque el adjetivo “revolucionario” puede resultar excesivo, sí que resulta evidente que la incorporación de las tecnologías basadas en inteligencia artificial en la industria audiovisual, especialmente en el ámbito de la información y el periodismo, tendrá un impacto trascendental y, en algunos aspectos, rupturista.

Antes de adentrarme en los elementos que condicionan esta opinión deseo hacerles llegar una reflexión de tipo empresarial. La incorporación de soluciones de inteligencia artificial al proceso productivo va mucho más allá de un simple cambio tecnológico, implica transformaciones en su cultura y organización, así como también modificaciones en algunos paradigmas y referencias a los que estamos acostumbrados. En este nuevo escenario la inteligencia artificial se fusionará con la creatividad, redefiniendo los límites de la producción audiovisual y periodística, abriendo un abanico de posibilidades fascinantes. Este tipo de cambios requerirán de los gestores, sin duda, nuevos conocimientos, pericia, tiempo, dedicación y paciencia, tanto para entender y dirigir el proceso/gestión del cambio como para llevar a cabo los ajustes adecuados en la estructura y en la dinámica de las empresas.

La incorporación de soluciones de inteligencia artificial al proceso productivo va mucho más allá de un simple cambio tecnológico, implica transformaciones en su cultura y organización, así como también modificaciones en algunos paradigmas y referencias a los que estamos acostumbrados.

A continuación, trataré de ilustrar este concepto un tanto filosófico con elementos concretos de referencia, con tecnologías y soluciones disponibles actualmente para nuestras empresas. Es muy importante entender también que esta relación de elementos es una fotografía del momento actual, que no existía hace 5 años y que muy posiblemente dentro de otros cinco la percibiremos como obsoleta y anticuada.

Disponemos ya en estos momentos de herramientas basadas en tecnologías de IA que pueden alertar y notificar al periodista, en tiempo real, de que se ha producido un hecho noticiable, en cualquier lugar del mundo y sobre la temática concreta en la que está interesado este periodista. Esta notificación es totalmente personalizada y le llega a dicho periodista en la forma que éste ha indicado; además este aviso viene acompañado de elementos de información complementarios y referenciales que refuerzan y dan una primera capa de información sobre la materia que esté tratando.

Si este periodista decide elaborar una pieza sobre este hecho noticiable, la inteligencia artificial puede intervenir también en este momento dándole soporte en las tareas de verificación de esta prealerta en sí, o de partes de esta noticia, o en la monitorización continua de fuentes que hablan sobre este hecho noticiable, en ayudarle a verificar la veracidad de la imagen, o a verificar que la voz asociada no está falsificada, etc.

Una vez tomada la decisión de abordar una información, existen también herramientas o sistemas a los que el periodista puede preguntar, que almacenan una gran cantidad de información, y que son capaces de estructurar respuestas de forma personalizada y adaptada a las necesidades y estilo del periodista en cada caso. Además, puede sugerirle también textos y referencias complementarias, imágenes, videos, gráficos, …, que si el redactor de la noticia así lo decide pueden pasar a formar parte de la producción y del contenido.

Con todos estos elementos y ayudas el periodista puede laborar de manera más fácil la noticia, seleccionando y decidiendo qué elementos concretos de imagen de video de texto o de gráficos van a formar parte de dicha noticia, eligiendo entre los que le ha propuesto el sistema, y efectuando la producción con la utilización de tecnologías que le van a facilitar y agilizar las tareas, como sistemas de edición asistidos, creación de gráficos, síntesis de voz adaptada a su propia voz, etc. Esto le permite delegar las tareas tediosas y repetitivas, y focalizarse en el trabajo más creativo, por lo que estará en las mejores condiciones de entregar una pieza bien estructurada en un tiempo relativamente breve, con una eficiencia y con una calidad altas, y con una minimización de las posibles tasas de fallos.

En el proceso de emisión de esta noticia la inteligencia artificial va a ayudar también puesto que existen elementos basados en este tipo de tecnologías que de forma automática subtitulan dicha noticia para hacerla así accesible. Otra tarea en la que será útil la IA, o lo es actualmente, es en el análisis semántico y clasificación de dicha noticia, para poder disponer de elementos/criterios útiles para tareas de recomendación o de personalización o para crear los metadatos que han de acompañarla en su archivado posterior.

Los grandes medios de comunicación producen diariamente centenares de noticias, tanto desde los estudios centrales de televisión, como los de radio, como en las delegaciones y además cubren una amplia variedad de materias: temas políticos, económicos, sociales, culturales, deportivos, nacionales, internacionales, locales, etcétera. Es evidente que el ciudadano no va a consumir todo este conjunto de noticias, probablemente prestará atención a unas pocas en el mejor de los casos. Es importante plantearse en este sentido la incorporación de herramientas basadas en IA que ayuden a la personalización de esta oferta y que, teniendo en cuenta las preferencias e intereses de cada usuario, uno a uno, le ofrezcan, de todo lo producido, las noticias que mejor cubren sus temas de interés. La inteligencia artificial puede ayudarnos pues a conocer, en la medida de lo posible, a cada una de las personas de nuestra audiencia, saber de sus intereses en cada momento y a detectar sesgos o necesidades de manera que este conocimiento agregado pueda incorporarse también al proceso.

Solo con estos ejemplos, que no son todos, podemos entrever que estamos ante algo más que un simple cambio tecnológico, que nos enfrentamos también a una cierta transformación cultural de estas empresas que tradicionalmente han producido, de forma un tanto artesanal, el mismo contenido para todos los usuarios. Ahora, además de automatizar parte del proceso, hemos iniciado un camino en el que la relación entre el medio de comunicación y cada uno de los usuarios puede llegar a ser una relación personalizada 1 a 1 y de conocer qué usuario es el que se conecta y en qué temas está interesado. Posteriormente deberemos enviarle, de los contenidos que producimos, los que entran dentro de su área de interés o los que creemos que pueden ser de su interés. Obtendremos además un feedback real de su relación con nosotros. Queda al margen, pero también para la reflexión, la posibilidad en algunos casos de personalizar además de la oferta, el contenido en sí.

Ahora, además de automatizar parte del proceso, hemos iniciado un camino en el que la relación entre el medio de comunicación y cada uno de los usuarios puede llegar a ser una relación personalizada 1 a 1 y de conocer qué usuario es el que se conecta y en qué temas está interesado

En este proceso, es importante destacar que la inteligencia artificial no busca reemplazar al periodista, sino que se presenta como un conjunto de herramientas que potenciarán su trabajo como una herramienta más. Estas herramientas permitirán al periodista mejorar la precisión y la calidad de sus producciones al brindarle acceso a más información y asistencia en la redacción y edición. En esencia, la inteligencia artificial empodera al periodista al proporcionarle facilidades y herramientas que lo ayudarán en su labor. No se trata tanto de sustituir al periodista, sino de crear un periodista fortalecido, capaz de aprovechar estas herramientas para realizar su trabajo de manera más precisa y eficiente.

Para poder llevar a cabo este tipo de transformaciones en el pasado, en la industria pre cloud y pre inteligencia artificial, era imprescindible la ampliación de los centros de proceso de datos, la incorporación de nuevos servidores, la incorporación de nuevos softwares, la dotación de importantes sumas de dinero para llevar a cabo estas inversiones, etc. Ahora no es exactamente igual.

La inversión no es en infraestructuras, sino que es en incorporar, crear y retener conocimiento, además a todos los niveles, incluida la alta Dirección y el Consejo

Parte del cambio en la cultura y en la estructura de las empresas que decidan abordar estas transformaciones ya no pasan por “ampliar el CPD”, “comprar nuevos servidores” y hacer fuertes inversiones, en cambio lo que si precisan es la incorporación a la empresa de la inteligencia, del conocimiento, del expertise. La inversión no es en infraestructuras, sino que es en incorporar, crear y retener conocimiento, además a todos los niveles, incluida la alta Dirección y el Consejo; y esto, que parece evidente y fácil la experiencia nos enseña que es difícil, sobre todo si se trabaja solamente desde la óptica y con la mentalidad industrial tradicional.