E ste mes de abril de 2021, el Estado ha remitido el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española a Bruselas para su evaluación. Un Plan que recoge una serie de inversiones y reformas con una concentración importante en los ámbitos de la transformación verde y digital. Puede observarse que la palanca con mayor dotación presupuestaria es la relativa a la modernización y digitalización del tejido industrial y de la pyme, con más de 16.000 millones de euros de inversión prevista. No en vano se puede afirmar que, con el creciente y determinante papel que las tecnologías digitales han adquirido en el desarrollo económico y el bienestar social en las últimas dos décadas, no hay industria ni actividad diaria donde lo digital no esté presente o provocando grandes cambios.

El incremento exponencial en el uso de Internet y la popularización de las tecnologías de la información y la comunicación sitúan a la ciudadanía, a las administraciones y a las empresas ante el escenario ineludible de la digitalización. Una nueva realidad imparable, que no espera a nadie ni tiene vuelta atrás, y que desde Andalucía afrontamos como una oportunidad para avanzar hacia un modelo productivo más innovador y sostenible que genere riqueza y prosperidad para nuestra región.

La transformación digital es un concepto que hoy más que nunca cobra especial importancia como factor clave para la competitividad presente y futura en cualquier empresa. La situación de pandemia provocada por el COVID-19, en la que llevamos inmersos ya más de un año, ha dejado una profunda huella en prácticamente todos los sectores de actividad, motivando una fuerte y repentina caída del PIB. Pero esta crisis sanitaria sin precedentes en la historia moderna de la economía española, también ha acelerado el proceso de transformación digital en la medida en que ha puesto de relevancia la necesidad de cualquier empresa, independientemente de su tamaño o ámbito de actividad, de ajustarse al ritmo que marcan los cambios tecnológicos para afrontar y adaptarse a las nuevas exigencias y restricciones surgidas en el entorno.

Nuestras empresas necesitan aprender a innovar, a operar con nuevas reglas y a emprender cambios en sus prácticas empresariales, apoyándose en la digitalización como instrumento para conseguir sus objetivos.

Hemos de tener presente que el proceso de transformación digital va más allá del uso intensivo de tecnología. Es un proceso que empieza y termina en las personas y que las ubica en el centro del profundo cambio cultural y organizativo que requiere dicha transformación.

Conscientes de la responsabilidad que la Administración Publica tiene como palanca para apoyar este proceso de en el tejido empresarial, desde la Junta de Andalucía llevamos varios años desarrollando una amplia variedad de iniciativas destinadas a contribuir a la mejora de la competitividad de la empresa andaluza y su consolidación y crecimiento dentro de la economía digital. Entre las premisas a considerar en el diseño de nuestras estrategias siempre ha estado considerar al sector TIC andaluz como un agente vital que juega un papel tractor y habilitador de la transformación digital del resto de empresas andaluzas; y, sobre todo, valorar la situación de partida de nuestras empresas en cuanto a madurez digital así como identificar las principales barreras que encuentra el empresariado andaluz para abordar el proceso.

Esta segunda consideración es particularmente importante pues, a pesar de los esfuerzos conjuntos de gran parte de entidades públicas y privadas por apoyar y mejorar el estado de la transformación digital, se sigue poniendo de manifiesto en los estudios realizados que sigue existiendo cierto desconocimiento por parte de las empresas (en especial entre las de menor tamaño) respecto a las ventajas que ofrece la digitalización y respecto a las distintas alternativas, herramientas, mecanismos y medios disponibles para abordar con éxito el proceso de transformación digital de sus negocios.

Encontramos que, en determinados sectores, su grado de avance en lo que a transformación digital se refiere se encuentra algo más retrasados de lo que sería esperable en un entorno como el actual. Industria, construcción, actividades administrativas o servicios auxiliares no disponen aún de todo el equipamiento que sería necesario, tanto on premise como en la nube, cuentan con una baja capacidad inversora para acometer procesos integrales de transformación y mantienen una endémica escasez de personal especializado. Esta situación contrasta si se analizan otro tipo de sectores, como los tecnológicos y conformados por empresas TIC así como los servicios inmobiliarios o los servicios de reserva de alojamientos y espacios turísticos, que han podido sortear mejor las restricciones y limitaciones a pesar de la bajada generalizada de actividad.

Sin embargo hay motivos para el optimismo. Cada vez son más las empresas andaluzas que poseen presencia web, operan con plataformas de comercio electrónico y adoptan con intensidad el uso de las redes sociales. A ello está contribuyendo el salto generacional que se está produciendo en muchas de estas empresas donde la falta de concienciación y las insuficientes competencias digitales han sido factores que han venido ralentizando esta transformación.

Desde una perspectiva cuantitativa, la integración de tecnología en empresas de 10 o más empleados se encuentra ligeramente por encima de la media nacional. Situación ésta no tan favorable para una amplia mayoría de nuestro tejido empresarial, compuesto por micropymes. Tenemos un amplio margen de mejora en relación al aprovechamiento del comercio electrónico, la incorporación de software de gestión y demás herramientas digitales que les ayuden a mejorar los procesos, o la aplicación de tecnologías disruptivas como el Big Data o Cloud Computing.

Para mejorar esta situación y conseguir que las empresas andaluzas aprovechen la oportunidad de incorporarse a la nueva Economía Digital, desde la Junta de Andalucía hemos venido poniendo en marcha un conjunto de actuaciones interrelacionadas que, enmarcadas en un Plan de Acción denominado Empresa Digital, desarrolla nuestra visión:

  • Concienciar y sensibilizar a las empresas y directivos andaluces sobre la importancia de la transformación digital y los beneficios y oportunidades derivadas de ésta.
  • Capacitar digitalmente a las personas trabajadoras, a todos los niveles, como elemento clave para afrontar con éxito la transformación digital.
  • Impulsar y apoyar la transformación digital de la pyme andaluzas, con actuaciones concretas que contribuyan de manera directa y efectiva a avanzar en este entorno, favoreciendo especialmente la inversión e implantación de soluciones y cambios en los procesos.

Entre las iniciativas impulsadas dentro de este marco encontramos la definición del Modelo de Madurez Digital de la empresa andaluza, que está resultando de gran utilidad para el diseño de acciones posteriores. Con esta iniciativa hemos buscado obtener un modelo objetivo a alcanzar por la pyme andaluza en la nueva Economía Digital, determinando el conjunto de ámbitos organizativos sobre los cuales la digitalización tiene incidencia. A partir de la caracterización del Modelo de Madurez es posible analizar el grado en que una organización se encuentra inmersa en el proceso de transformación digital, permitiendo determinar los pasos y acciones a implementar para alcanzar unos mayores niveles de digitalización, es decir, un mayor nivel de madurez digital.

Con este Modelo tratamos de optimizar el proceso de transformación digital de cualquier empresa andaluza, en el que la tecnología, las personas, el cliente, la estrategia, los productos y servicios y los procesos de negocio juegan un papel esencial.

Dado que el sector productivo o vertical en la que cada empresa opera, condiciona su nivel de madurez y por tanto el consiguiente proceso de transformación, se ha efectuado una particularización del Modelo para obtener referencias específicas para diferentes tipologías de pymes. Así, se disponen de un Modelo de Madurez Digital para pymes industriales, otro para pymes comerciales y se está elaborando un Modelo para pymes agroalimentarias.

Ligado al Modelo de Madurez Digital, se ha puesto en marcha una herramienta de Autodiagnóstico de la Madurez Digital: un sencillo test que permite a las empresas conocer de forma inmediata el estado de digitalización en el que se encuentran, así como obtener un informe de recomendaciones y una comparativa con otras empresas del sector que hayan realizado el test. Ello permite definir de una forma básica una hoja de ruta de mejora.

Completando las dos iniciativas anteriores, se ha desarrollado un amplio y completo catálogo de acciones formativas dirigidas a profesionales y personal directivo de las pymes andaluzas. Con ello se pretende favorecer la adquisición de las competencias necesarias para impulsar el cambio cultural y organizativo que supone la transformación digital en el negocio y poder ejecutar a hoja de ruta establecida.

A lo largo del año 2020 se han puesto en marcha 53 acciones formativas que han beneficiado a más de 1100 empresas, y se han realizado más de 20.000 visualizaciones de los 62 recursos desarrollados. A modo de ejemplo, una de las acciones más destacadas ha sido la ejecución de un programa de formación continua para el comercio minorista a través de WhatsApp, al que se han inscrito más de 1.200 establecimientos, o el programa de desarrollo directivo para la transformación digital, dirigido a las personas que deben liderar la transformación digital en las empresas, y asumir las decisiones que logren instaurar una cultura digital y una nueva organización más innovadora.

También hemos puesto el foco en formar perfiles mixtos, es decir, perfiles profesionales específicos de sectores tradicionales pero que se deben especializar en el ámbito digital por demandas del mercado laboral que no son cubiertas con facilidad. Es lo que hemos venido a denominar Programa de Nuevos Profesionales para la Economía Digital.

Actualmente se están diseñando y poniendo en marcha nuevos programas de especialización, como una formación específica de Digitalización en el Sector del Olivar y del Aceite de Oliva o el denominado Programa DATAFactory, dirigido a la incorporación del Big Data en el sector industrial, de los cuáles esperamos tener buenos resultados de aplicación posterior de los conocimientos adquiridos.

Para finalizar, no podemos olvidar las actuaciones dirigidas al impulso directo de la transformación digital de la pyme. En esta línea se han implementado diferentes tipos de acciones de las cuales la de mayor impacto ha sido una línea de ayudas a la transformación digital de la pyme, incluida en el Programa de incentivos para el Desarrollo Industrial, la Mejora de la Competitividad, la Transformación Digital y la Creación de Empleo. Este Programa, dotado originalmente con 13 millones de euros, se ha visto incrementado con 9 millones de euros adicionales para afrontar los efectos de la pandemia. De esta forma se está consiguiendo que un gran número de pequeñas y medianas empresas puedan dotarse de los medios técnicos necesarios para posibilitar la continuidad de sus negocios y favorecer el trabajo no presencial (teletrabajo) de su personal.

Uno de los principales hándicap a los que se enfrenta la pyme para abordar el proceso de transformación es la necesidad de contar previamente con una definición clara de un Plan de Acción. Para facilitar este trabajo de análisis y concreción, hemos puesto recientemente en funcionamiento un nuevo programa de ayudas en especie para la prestación de servicios de asesoramiento y acompañamiento para la transformación digital de las pymes. Estos servicios de consultoría incluyen, entre otros análisis, un diagnóstico para determinar el grado de madurez digital de la pyme; la elaboración de un plan de acción personalizado; y el acompañamiento en la implantación de las medidas prioritarias identificadas en dicho plan.

Pretendemos de esta forma completar el ciclo completo que una pyme puede precisar. No sólo disponer de apoyo en la financiación de los activos fijos o intangibles que pueden mejorar su posicionamiento, también los trabajos de consultoría y acompañamiento que hagan óptimas dichas inversiones según el tipo de empresa y su nivel de digitalización.

Loreto del Valle Cebada, directora general Economía Digital e Innovación. Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades de la Junta de Andalucía