Según un informe elaborado por el Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Virgen de la Victoria en Málaga entre enero y febrero del 2021, el Covid ha hecho de las consultas telemáticas una herramienta de uso diario durante el 2020. Tan habitual, que el 74% de las citas se resolvieron de forma virtual.

Esta forma de atender a los pacientes no es nueva, pero precisaba un impulso y el Covid se lo ha dado. En anteriores crisis sanitarias, como las ocasionadas por el virus Zika, SARS-CoV-1 o el Ébola ya se empleó, pero quizás lo que ahora es novedoso es que se haya utilizado tanto y durante tanto tiempo debido al confinamiento y a las medidas de distanciamiento y uso de mascarilla.

Igual que ha ocurrido con otros ámbitos de nuestra vida, como, por ejemplo, en el laboral, en el que el uso de las tecnologías ha adelantado las tendencias de digitalización en unos 5 años, las soluciones tecnológicas aplicadas al entorno sanitario han impulsado la telemedicina hasta integrarla en nuestra vida diaria casi sin darnos cuenta.

Los resultados de nuestros análisis ya casi no los vemos en papel, sino a través del portal del paciente. Otro ejemplo es la puesta en marcha en el Reino Unido de una plataforma de gestión en remoto a pacientes con síntomas de Covid-19. Esta solución nos ha permitido hacer el triaje  de pacientes sin poner en riesgo a otros enfermos o al personal médico; o implantar en hospitales soluciones de trazabilidad en tiempo real de cualquier virus con lo que se puede hacer un seguimiento detallado de los brotes y los infectados, más que si se hiciera de forma manual, a través de un software específico desarrollado por Telefónica y MySphera. Este proyecto ya se está aplicando en Hospitales como el de Vall d’Hebron o Virgen del Rocío.

Pero la tendencia en el mundo de la salud no es sólo la de tratar las enfermedades sino ir hacia un modelo en el que la prevención juega un papel fundamental. No sólo se trata de curar al paciente, sino de fomentar los tratamientos que puedan detectar más rápidamente cualquier anomalía, mejorando el diagnóstico y poniendo en marcha tratamientos que aseguren la calidad de vida de los pacientes y que sean más sostenibles.

En este sentido, los servicios médicos de teleconsulta y videoconsulta, a través de la transmisión en tiempo real de datos biomédicos, imágenes médicas y video en HD, ayudan a atender mejor a los pacientes que tienen enfermedades crónicas sin alterar demasiado sus rutinas. Y la digitalización del sector sanitario permite poner en marcha nuevos modelos de atención que creen una sanidad personalizada, coordinando el trabajo de profesionales de distintas áreas o, incluso, zonas geográficas, para poder compartir información relevante para la toma de decisiones.

Algo muy importante si tenemos en cuenta que en España la mitad de la población de más de 16 años tiene al menos una enfermedad crónica. La gestión remota de pacientes crónicos permite a este tipo de enfermos utilizar servicios de Internet de las Cosas para acceder en el hogar, a través de una tablet y una línea de comunicación, a la planificación asistencial que le ha pautado su médico para que se realice un auto chequeo en el control de sus enfermedades. Este servicio ofrece beneficios a todas las partes implicadas, permitiendo al profesional médico monitorizar al paciente, y así obtener una información más detallada que le permita anticiparse a posibles crisis; al centro hospitalario reducir costes, disminuyendo los ingresos y las visitas a urgencias; y a los pacientes, incrementar su percepción de estar ‘controlado’. Además, se ha comprobado que se reduce la tasa de mortalidad. Razones, todas ellas, que justifican más que sobradamente el impulso que grandes compañías como Telefónica y Teladoc, a través de Movistar Salud, están dando a estas soluciones de atención en remoto.

En el contexto sanitario actual, en el que somos más longevos, pero en el que también estamos expuestos a más patógenos debido a la globalización, la transformación digital de la sanidad es un paso necesario para llegar a una atención preventiva, diagnóstica y terapéutica centrada en mejorar la salud de las personas y la sostenibilidad del sistema