Es curioso ver lo poco maduros que estamos en general a la hora de hablar de datos y a veces el poco interés que les damos. Y más sabiendo que para nuestra empresa los datos son su alimento y una parte muy principal del mantra mens sana in corpore sano.

Me voy a explicar con un ejemplo claro al hilo de ese alimento y futura digestión. Afortunadamente en este lado del planeta, todos comemos todos los días y nos preocupamos por la dieta, que si sea de Km 0, que si ecológica, vegana, vegetariana, carnívora, flexitariana … cada día surgen más términos. Lo que para uno es algo positivo, para otros es, vamos a dejarlo en no tan beneficioso. Cada cuerpo tiene una necesidad y cada cuerpo es diferente. No todos metabolizamos o digerimos bien determinados alimentos ni les sacamos los nutrientes necesarios.

Si llevamos esta reflexión a los datos, nos ocurre lo mismo, ¿metabolizamos bien los datos de nuestra organización?

Hagámonos solo 5 preguntas respecto a nuestra alimentación y las relacionamos con nuestra organización viendo las similitudes:

  1. ¿Tengo una comida sana y rica en nutrientes? -> ¿Mis datos son de calidad y me aportan valor?
    Partimos de que queremos ser y por qué. Quiero ser vegano por respeto al medio ambiente o porque me sienta mal la carne. En nuestra organización, es lo mismo, quiero ser el que se anticipe a mi cliente, el que mejor lo conozca, el más sostenible, etc.
  2. ¿Dispongo de la comida cuando la necesito? -> ¿Accedo al dato cuando lo recesito?
    Para comer algo hay que comprarlo y/o prepararlo antes. En lo referente a los datos, es saber si somos capaces de tener el dato cuando hay que usarlo. No pensemos en plataformas sino también en el responsable de ese dato (owner).
  3. ¿Dispongo de utensilios para poder cocinar? -> ¿Mi infraestructura me permite manejar esos datos de forma ágil y eficiente?
    Freir huevos en una olla, por poder se puede pero es garantía de fracaso. Cada forma de cocinar requiere un utensilio diferente (ollas, sartenes, amasadoras, microondas…). Lo mismo ocurre con los datos, si requiero tiempo real o tratamiento de imágenes, la infraestructura no es la misma. ¿Por qué tenemos plataformas de propósito general en las que freímos huevos en ollas?
  4. ¿Se cocinar? -> ¿Mi organización sabe tratar esos datos y más importante, les sabe sacar valor?
    Lo ideal es que seamos grandes cocineros de estrellas Michelin, pero con ser unos cocinillas podemos sacar mucho partido a la comida. ¿En nuestra organización tenemos cocinillas o nuestra gente va a lo justo y no saca un rendimiento alto?
  5. ¿Tengo claro lo que sé hacer mejor en la cocina? -> ¿Tengo conocimiento profundo funcional de que significan esos datos y esta alineado en mi organización?
    Seguro que somos buenos en alguna disciplina de la cocina, por ejemplo, en repostería o en guisos de cuchara o bien en hacer paellas, pero seguro que no dominamos todas las disciplinas, por ejemplo: trabajar con parrilla o pintxos. Exactamente igual con los datos, seguramente somos muy buenos en un área de negocio concreto con datos de un tipo de forma descriptiva pero no sabemos ni por dónde empezar con el tratamiento de textos o imágenes o para modelos predictivos, por ejemplo.

Todas estas preguntas tienen respuesta, y el Metabolismo de Datos es el término que acuñamos para organizar nuestro cuerpo/organización y de esta manera poder tomar las decisiones correctas en nuestro negocio en cada momento. Pensar en solucionar el problema de los datos desde una perspectiva tecnológica es un error y requiere de un enfoque bastante más profundo.

El objetivo es más que claro, en una organización sana, al igual que en un cuerpo, la toma de decisiones es más sencilla, ágil y veraz, pudiendo no solo mejorar tus procesos, sino también disponer de la visión holística de tu organización conociendo el impacto de las decisiones en toda la empresa.
Ya hemos comentado que cada cuerpo es un mundo, pero para hacer que nuestro cuerpo funcione como un reloj al igual que nuestra compañía, podemos dar una serie de reglas maestras a seguir:

  • Pensar en que queremos ser de mayores, es decir, estrategia. Qué objetivo de negocio global quiero cubrir en mi compañía. Es necesario hacer una consultoría para dejar claro, donde estamos y hacia dónde queremos ir. Este es uno de los puntos más importantes y condicionará nuestra salud futura. Que datos son los que voy a usar y cuáles no. Evitar los atracones, a veces creamos vertederos de datos que no aportan valor y dan digestiones muy difíciles.
  • Teniendo claro lo que quiero ser, es más sencillo, saber que herramientas/plataformas necesitaré para poder cocinar esos datos en tiempo y forma. Deberemos analizar soluciones on-prem, cloud, hibridas, aaS… todo ello según el uso que le vayamos a dar a la cocina y sobre todo recordar según el modo de cocción que vayamos a realizar (ML, BI, real time, IoT, …).
  • De nada vale tener los mejores utensilios si no los sabemos manejar. Nuestro equipo es la base para un buen resultado y deben sacar el máximo partido a estas plataformas pero también a los datos (ingredientes) y aquí negocio (nuestros nutricionistas) tienen muchísimo que decir. Hay que plantear el enfoque en el dato y esto es un cambio cultural de toda la compañía.
  • Y por último dedícate a lo que eres bueno, crece poco a poco pero de forma segura y con organización (gobierno del dato). Si tu organización tiene buen conocimiento de un área de negocio, céntrate en eso y sácale el máximo valor al igual que en las cocinas profesionales donde cada cocinero hace un plato concreto. Y sobre todo crece apoyándote en profesionales en donde tu no domines la materia.

Como veis, se trata de pensar en global, de pensar a largo plazo y de hacer las cosas de una forma holística, con una estrategia clara, con un orden y un seguimiento real y de que eso se note en el corto y medio plazo. No hay dietas milagro pero si soluciones basadas en otras organizaciones que sabemos que funcionan y en el sentido común.

Disfruten de los datos y buen provecho.

Joseba Diaz Head of Data Analytics para Iberia en DXC Technology Iberi