Los últimos veinte años han sido testigos de un profundo cambio en la filosofía empresarial. Como consecuencia de la globalización, la lógica empresarial ha cambiado, y se ha pasado de un enfoque exclusivamente centrado en la maximización del beneficio a otro que tiene en cuenta además la creación de valor para la sociedad en su conjunto, y no sólo para el accionista. En un mundo globalizado, los problemas económicos, sociales o medioambientales que genera la actividad económica afectan y son responsabilidad de todos.

Por tanto, hacer del mundo un proyecto sostenible para las generaciones futuras es responsabilidad de todos, de gobiernos y organizaciones internacionales a un nivel “macro”, pero también de empresas y ciudadanos a un nivel “micro”. Es en el binomio empresas-gobiernos donde cobra sentido la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, presentados en 2015 por Naciones Unidas como un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos.

Las TICs, un potente aliado para construir empresas socialmente responsables y alineadas con los ODS

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son algo que cualquier organización, y cualquier departamento de TI debe contemplar en sus planes estratégicos, por múltiples motivos. No es algo que simplemente haya que incorporar por cultura empresarial, sino que en sí mismos aportan ventajas a la gestión de la empresa. Por ejemplo, avanzar en eficiencia energética no solo contribuye a cumplir el objetivo sino que también beneficia a la empresa en ahorro de costes y eficiencia. A esto hay que añadir los beneficios de estar alineado con las políticas gubernamentales que impulsan estos objetivos y que pueden permitir acceder a inversiones que ayuden a realizar la transición digital en mejores condiciones. Finalmente no podemos olvidar los beneficios intangibles que aporta ser una empresa socialmente responsable, como la mejora de la reputación empresarial y del valor diferencial que se ofrece al mercado, la fidelización del cliente y las mayores posibilidades de captar otros nuevos, el reconocimiento del mercado, que facilita la consecución de contrataciones públicas, y otros muchos.

Dadas las circunstancias, cabe preguntarse cuál es el papel que pueden jugar las nuevas tecnologías como herramienta para avanzar en el desarrollo sostenible. La respuesta inmediata es que han de jugar un papel fundamental, a juzgar por la relevancia que gobiernos y organizaciones internacionales adjudican a la innovación tecnológica en este proceso.

El Gobierno de España presentó a finales de 2020 el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que es uno de los instrumentos en los que se plasma y concreta el compromiso de España con los ODS. Este plan contempla una importante agenda de inversiones y reformas estructurales, que se interrelacionan y retroalimentan para lograr cuatro objetivos que denomina transversales, uno de los cuales está estrechamente relacionado con la tecnología, a saber, la Transición Digital.

Es decir, como eje transversal que es, la transición digital es aplicable a prácticamente todos los sectores de la economía y la sociedad. Los ejes transversales se consideran la base de una serie de políticas palanca que determinarán la evolución futura de España en múltiples ámbitos, desde la agenda urbana, la lucha contra la despoblación y el desarrollo de la agricultura hasta la mejora de la resiliencia de infraestructuras, la transición energética, la modernización de la Administración, la apuesta por la ciencia y el refuerzo del Sistema Nacional de Salud y el impulso de la educación, entre otras. Dicho de otro modo, hay una voluntad de la Administración de fomentar, a través de inversiones, todo lo que contribuya a mejorar las infraestructuras digitales del país y que ayude a alcanzar los ODS en múltiples sectores de actividad.

Javier Jiménez, Country Manager, Extreme Networks y miembro del Grupo Telecomunicaciones de Autelsi.