Estamos en un momento de cambio cuya trascendencia nos cuesta imaginar. Estos últimos años de digitalización acelerada del sector y de incorporación de datos de forma masiva nos están acercando a una nueva realidad de experiencia turística de la que aún solo vemos retazos, metarealidad turística.

De la experiencia turística tradicional a las metarealidades turísticas

Desde pequeños nos hemos acostumbrado a vivir en una realidad bidimensional donde el espacio y el tiempo eran los ejes fundamentales, pero la tecnología nos está adentrando en un nuevo mundo donde las cosas no son tan sencillas. De la experiencia turística básica y tradicional donde el turista se desplazaba a un lugar para disfrutar de unos puntos de interés turístico, de una gastronomía, de unas actividades deportivas, culturales o de ocio hemos pasado a una realidad digital donde la experiencia turística empezaba mucho antes del viaje, donde la propia experiencia del viaje tenía tantos componentes digitales que las generaciones más jóvenes apenas podían diferenciar cual era la causa y cual el efecto entre la experiencia en sí y su difusión en las redes sociales. ¿Compartimos porque viajamos o viajamos para poder compartir? Una experiencia en red que se extendía más allá de la finalización del viaje en sí.

Pero la nueva realidad turística va a distorsionar los ejes básicos. Porque cuando viajemos a un lugar no vivimos la experiencia solo en a la dimensión temporal actual sino que simultáneamente nos adentraremos en realidades paralelas ocurridas en otro espacio. Veremos recreaciones de batallas tal y como existieron, procesos de construcción de grandes Catedrales donde sentiremos, veremos y oleremos el proceso de creación. Donde esa experiencia no requerirá el desplazamiento físico en sí o no únicamente.

Descubriendo nuevas metarealidades turísticas

Estamos empezando a descubrir esas meta realidades turísticas. Notre Dame presentaba hace unas semanas en el Mobile Word Congress de Barcelona su nueva experiencia inmersiva y digital mientras Gartner vaticinaba que en solo dos años pasaremos un 25% de nuestro tiempo el el metaverso. Los museos están desarrollando experiencias virtuales muy atractivas y se convierten en museos inteligentes capaces de no solo mostrarnos objetos sino permitirnos interactuar con ellos o dotarlos de vida tal y como fueron. La mayoría de museos están ya recibiendo más visitas virtuales que físicas avanzando en un nivel de difusión cultural nunca conocido hasta ahora. Solo el Louvre recibe ya 21 millones de visitas virtuales frente a los 8 millones físicos. Nos podemos imaginar cual será la progresión durante los próximos años una vez que las nuevas realidades se consoliden y perfecciones.

La realidad virtual, realidad aumentada y realidad mixta

Y la herramienta fundamental para la transición al metauniverso es la realidad virtual. Esta nos permite adentrarnos visual y auditivamente en un mundo creado de cero, sin límites temporales o espaciales, en la que toda época y mundo es posible. La realidad virtual además está en una etapa temprana pero afianzada, por lo que vaticinar el futuro de las realidades alternativas no es complejo.

Técnicamente, la realidad virtual combina elementos virtuales creados en 2D o 3D con herramientas de visualización y audición inmersiva. Solo necesitas unas gafas de Realidad Virtual y explorar nuevos mundos, visitar otras épocas, crear lo imposible para nuestra realidad. Así mismo la Realidad Aumentada, nos ofrece la integración de elementos virtuales en el entorno real, a través del dispositivo más imprescindible de nuestro siglo: El smartphone.

La Realidad Mixta es la más prometedora de las tres, pues mezcla de forma más natural nuestro mundo con el virtual, para difuminar los límites de ambos, ampliando nuestra forma de comprender la realidad. Podremos elegir y mezclar los ingredientes con los que construir otra realidad, una “Metarealidad”. Sentarse en una cafetería en una plaza y ver el aspecto que tendrá tu plato preferido; poder ver los carruajes que hace tan solo un par de siglos atrás se movían por ese lugar o, por qué no, crear algo totalmente diferente, algo totalmente nuevo. Todo eso ya es posible, las opciones son ilimitadas.

Estas nuevas realidades nos permiten no solo trasladarnos físicamente sino también movernos a lo largo del eje tiempo. ¿Cómo era ese lugar hace 50 años, hace 100, hace mil? nos  permitirá recrear cualquier momento histórico como lo haríamos en una película de gran presupuesto, pero siendo nosotros partícipes o protagonistas de la historia; verlo y tocarlo, incluso olerlo. La tecnología ha evolucionado tanto que ya hoy en día resulta difícil distinguir lo que es real de virtual. Y estamos apenas en los dos primeros pasos desde la línea de salida.

La experiencia turística se enriquece una vez que el turista puede ver y sentir como eran esos espacios en un momento determinado del tiempo, ver y sentir una lucha de gladiadores en la arena del coliseo o asomarse al taller donde Miguel Ángel esculpía su Moisés.

La historia, el arte, la cultura, la música, el deporte, el ocio todo se convierte en una experiencia combinada y compleja que no sustituye, sino que complementa la realidad física. Seguiremos viajando por supuesto, pero ahora esa experiencia se producirá en varias realidades de forma simultánea.

Leonard Pera, CEO de Open-Ideas y Presidente Grupo Internacional de Autelsi.