El mayor reto al que nos enfrentaremos como humanidad durante los próximos años es la transición ecológica: cómo vamos a parar el cambio climático, cómo vamos a mitigar sus efectos y cómo vamos a crear una economía y una sociedad más eficiente en el uso de los recursos.

Hasta ahora, la tecnología ha servido mucho y bien a la mejora de la eficiencia productiva. Producir mejor, más rápido, más barato, más adaptado a las necesidades y gustos de los clientes. Un proceso incesante de mejora tecnológica que empezó antes de la Revolución Industrial y que ha crecido de manera exponencial con grandes hitos, como la llegada de los ordenadores, la llegada de internet, la gestión de los datos y ahora, ya lo estamos viendo, la Inteligencia Artificial.

Pero lo más significativo de la situación actual es que ya no vale hacer las cosas mejor, de manera más económicamente eficiente conforme a los patrones a los que estábamos acostumbrados. Hemos descubierto, quizás demasiado tarde, que el sistema que utilizábamos dejaba cosas muy importantes fuera de la ecuación: las externalidades. Costes ocultos de los procesos productivos que no eran considerados por los agentes pero que creaban perjuicios significativos al entorno, a la sociedad. Daños medioambientales y daños sociales que es indispensable tener en cuenta para realizar los correctos análisis de la evolución económica y social.

Ahora nos adentramos en un nuevo paradigma en el que la tecnología debe ser actor fundamental, no solo para producir de manera más eficiente conforme a los parámetros tradicionales, sino también para producir mejor. De tener en cuenta el medio y largo plazo, las externalidades y el bienestar social de forma más amplia.

Durante los próximos años veremos como no solo debemos producir usando menos materias primas, o menos mano de obra, o de forma más eficiente, sino que debemos usar materias primas que sean residuos de otros procesos productivos. Productos cuya vida útil sea mayor, donde el coste del reciclaje o la reutilización sea tenido en cuenta.

¿Cómo pueden la tecnología y la digitalización ayudar en los procesos todas y cada una de las 6 Rs? ¿Cómo podemos las empresas tecnológicas ayuda a Racionalizar, Reducir, Rediseñar, Reutilizar, Reparar y a hacerlo mejor?

La presión social y también la legislativa va a ir en aumento. Las empresas que no apuesten por este modelo van a tener cada vez una vida más complicada. De aquí a siete años la Unión Europea deberá haber reducido las emisiones de gases de efecto invernadero, al menos, un 55% en comparación con 1990, pero es que el Objetivo de ser neutros en carbono en el 2050 no está tan lejano.

El proceso ha empezado con  más “carrots” que “sticks”, pero el mix irá cambiando y la presión vía medidas legislativas, impuestos, sanciones o presión social irá en aumento. Es la hora de prepararse. Otro reto que desde el sector tecnológico debemos ayudar a conseguir.

Leonard Pera, CEO Open-Ideas y Coordinador Informe Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de AUTELSI.