Me imagino que muchos de los que leerán este pequeño artículo recordarán los tiempos en los que había cabinas de teléfonos en las calles y cuando le decíamos a los amigos o la novia que nos llamaran a la hora en la que íbamos a estar en casa para hablar un rato por teléfono. Las comunicaciones inalámbricas llevan ya más de 30 años con nosotros y ahora, tenemos tan interiorizado su uso cotidiano, que nos parece que aquellos tiempos nunca existieron.

Cómo la propia vida las tecnologías inalámbricas han tenido su evolución que ha sido más rápida que otras – ya vamos por la quinta generación 5G-, y cada una ha aportado nuevas capacidades que han ido cambiando las empresas y la sociedad.

Haciendo un poco de historia, nos remontamos a los años 80 cuando aparece la primera generación, que en aquel tiempo era analógica, más tarde en los 90, apareció la primera tecnología digital que aportaba muchas mejoras en los servicios de datos, luego la 3G (1998) mejoró estos servicios que fueron utilizadas por los primeros smartphones y la 4G en 2008, que es la que mayoritariamente estamos usando ahora y que catalizó la explosión de los terminales móviles y el consumo sustancial de datos por medio de las App. Las redes inalámbricas han conectado a las personas entré sí y con la realidad, en tiempo real.

La nueva generación 5G

Ahora tenemos ya 5G que supone una transformación de la oferta de servicios y que aporta mejoras en varios ámbitos, como, por ejemplo, la velocidad de transferencia que permite que tengamos velocidades medias de 500 Mpps, una elevada densidad para permitir un mayor número de dispositivos conectados en un área determinada, latencias muy pequeñas- de pocos milisegundos- y mejoras de eficiencia energética que redundan en una mayor autonomía de los equipos. Además, la tecnología aporta mejoras en la seguridad y la posibilidad de subdividirse en subredes lógicas (5G Slicing) para permitir que la red se alinee lo máximo posible a las necesidades específicas de cada caso.

Por todo esto, aunque la tecnología 5G, será utilizada, como es natural, por usuarios finales, abre la puerta a nuevas aplicaciones para las empresas y la industria por lo que muchos consideramos que 5G es una evolución mucho más disruptiva de las comunicaciones inalámbricas que en generaciones anteriores de ahí la frase de “la revolución del 5G”.

Como decía las tecnologías inalámbricas han cambiado como las personas están conectadas y cómo se relacionan, la tecnología 5G va a cambiar, sobre todo, como las “máquinas” se conectan, como se relacionan y cómo lo hacen en su dimensión de tiempo real, mucho más exigente que el nuestro.

Actualmente el grupo de telecomunicaciones de Autelsi ha iniciado un trabajo sobre esta tecnología. Hemos comenzado a andar con una nutrida representación de empresas y un más que notable nivel de profesionales, que demuestra el interés que la tecnología nos suscita a todos.

En una primera reflexión hemos compartido los casos de uso que podría tener la tecnología 5G en distintas compañías de distintos sectores. Cuando vemos la cantidad y variedad de estos, nos damos cuenta de que las redes 5G constituyen un impulso definitivo para una nueva revolución industrial.

Con este trabajo esperamos aportar nuestro grano de arena en la utilización de esta tecnología como una de las palancas de la transformación que estamos viviendo.

Carlos Varela Ávila, Director de Transformación Digital y Tecnología RENFE, Junta Directiva y presidente GT de Telecomunicaciones Autelsi