La productividad laboral del empleado digital

Nadie pone en duda el hecho de que medir la productividad laboral en una empresa aporta una información, tan relevante, que puede determinar, en gran medida, su éxito o su fracaso. Pero tan importante como medir es saber qué hay que medir y cómo utilizar esa información de la forma más eficiente.

En los procesos productivos donde los empleados son parte de la cadena de producción, esta información vital se lleva procesando y gestionando con éxito desde hace décadas. Sin embargo, en las actividades de gestión, dentro del contexto digital, empleamos como fuente principal de información el dato de cumplimiento del horario laboral. En realidad, estamos midiendo el tiempo que un empleado está, físicamente, en el puesto de trabajo pero desconocemos qué o cuántas tareas efectivas puede hacer en su puesto durante un periodo de tiempo determinado.

Esta carencia de información clave se hizo especialmente patente durante la pandemia COVID, ya que los gerentes tenían muy complicado medir cuánto tiempo habían trabajado los empleados fuera de la oficina. La lectura del gerente o directivo era nítida: la pérdida del control. Al no ver a sus empleados, no sabía lo que ocurría, aumentando así la desconfianza y reduciendo significativamente su capacidad de actuación.

El ojo digital

Esta situación abrió una ventana de oportunidad para diferentes sistemas de control que pretendían digitalizar el presencialismo, trasladando a los sistemas el mismo modelo de medición. Aunque estas tecnologías aportan información relevante, como el tiempo de conexión, las aplicaciones utilizadas o el tiempo de inactividad en los sistemas, no dejan de ser lo mismo que digitalizar el ojo del gerente. Eso no es productividad.

El rendimiento real de un empleado se simplifica en sí ha cumplido, con calidad, las tareas que se le han encomendado.

¿Qué es la productividad laboral ?

Todos estamos de acuerdo en que analizar la productividad de los empleados es una tarea clave, para asegurar sus niveles adecuados y poder adoptar las medidas necesarias para incrementarla, tanto si el trabajo se realiza dentro como fuera de la empresa. Pero, realmente, ¿qué es la productividad laboral?, ¿cuál es valor o el dato que permite medir la productividad de un empleado, del conjunto de empleados de un departamento y, en consecuencia, de todos los trabajadores de una compañía?

La productividad laboral no es el tiempo que el trabajador está dentro de la oficina o en la calle buscando clientes o conectado a su ordenador. La productividad laboral es la suma de los ítems de valor (productos) que entrega el empleado a la empresa, como resultado de su actividad.

Y es este punto el primero que debemos concretar en cada compañía. Para definir cuáles son estos productos, qué valor tienen y cómo lo medimos en el escenario digital, necesitamos utilizar datos reales, medibles sin intrusión y útiles para tomar decisiones.

TPL/Producto

El elemento más fiable para medir la volumetría de los ítems de valor para una empresa, en el contexto de la actividad de los empleados, son las TPL o Transacciones de Productividad Laboral: “Cada uno de los movimientos de valor definidos por la compañía cuya información podemos extraer de los sistemas informáticos de gestión, tales como: ERP, CRM, Ticketing, etc.”

Estos datos nos permiten obtener información clave para conocer realmente:

  • La volumetría real productiva TPL/Producto de la empresa.
  • Tipos de transacciones y su peso en la actividad
  • Nº de TPL/Producto por empleado, departamento, proyecto, tiempo (cuándo y cuánto).
  • Coste de cada TPL/Producto y su necesidad real
  • Reingeniería de procesos y Automatización de transacciones

Nota: En la siguiente entrega de este artículo veremos apuntes de cómo implantar un modelo de estas características.

Angel García Lorenzo, Director de Estrategia Corporativa y Transformación Grupo Sermicro y miembro del Grupo de Telecomunicaciones 5G de Autelsi.